Todo gran sueño comienza con una visión. En este caso, fue el matrimonio lojano conformado por Amable Vivanco y Luz Balcázar, quienes, con trabajo, fe y amor por su tierra, decidieron apostar por el turismo como motor de desarrollo para la ciudad de Loja.
Un Legado Familiar
A inicios de los años 90, visualizaron la necesidad de ofrecer un hospedaje cálido, cómodo y de calidad para quienes visitaban esta hermosa ciudad. Así nació la idea de construir un hotel familiar que reflejara la hospitalidad lojano-andina, llevando con orgullo el nombre de un ícono natural de la región: el Podocarpus.
La construcción inició en 1993 y, tras cuatro años de esfuerzo constante, el sueño se hizo realidad. El 6 de julio de 1998, el Hotel Podocarpus abrió sus puertas al público con 28 habitaciones, convirtiéndose en un lugar de descanso para viajeros, familias, empresarios y turistas del Ecuador y del mundo.
Una década después, fieles a su visión de mejora continua, se realizó la ampliación del hotel. El Podocarpus pasó a contar con 52 habitaciones, reafirmando su compromiso con el turismo nacional y la excelencia en el servicio.
Hoy, el Hotel Podocarpus no es solo un edificio. Es el resultado de un legado familiar, una historia de pasión, entrega y amor por Loja. Un lugar que no solo te recibe… te hace sentir parte de su historia.